1. EL FUNDADOR DE LAS ESCUELAS DEL AVE MARÍA: D. ANDRÉS MANJÓN Y MANJÓN (1846-1923)
Don Andrés Manjón fue un sacerdote y pedagogo español cuya obra maestra es la fundación de las Escuelas del Ave María. Escuelas que difieren mucho de esa primera y amarga experiencia escolar que sufrió de niño en la escuela de su pueblo natal.
Destaca como uno de los grandes pedagogos de la segunda mitad del S. XIX y principios del S. XX, uno de los precursores de la escuela activa y de la escuela al aire libre, en donde la naturaleza y el juego desempeñan un papel fundamental en la enseñanza, métodos que llevó a cabo en su obra maestra: «La Casa Madre». Este catedrático, escritor, y ante todo maestro, aboga en su actividad educativa por una educación integral, es decir, una educación que se base en todos los aspectos o ámbitos del educando: en lo moral, social, físico, intelectual, religioso, en la voluntad y en el carácter.
A lo largo de su vida, desempeña una didáctica en el que las virtudes tiene una relevancia especial, a diferencia de la actual educación en valores, aunque los valores sociales bien trabajados y aprehendidos pasan en el alumno a ser virtudes. Algunas de las virtudes en las que educaba son: la fe, la esperanza, el amor a Dios y al prójimo, la prudencia, la justicia, la fortaleza, la templanza y en la humildad.
Nace el 30 de Noviembre de 1846 en el pequeño pueblo burgalés de Sargentes de la Lora. Localidad que se encuentra en las estribaciones de la Meseta Central, la Cordillera Cantábrica y el Sistema Ibérico, al norte de Burgos, límite con la provincia de Santander y próximo a la de Palencia.
Hijo de una familia de modestos labradores que vivían de las labores del campo, nace en pleno reinado de Isabel II, coincidiendo con la festividad de San Andrés.
Su tío y párroco del pueblo D. Domingo Manjón, junto con su madre, fueron los encargados de su educación religiosa.
Sus padres fueron Don Lino Manjón y Manjón y Doña Sebastiana Manjón Puente. Es el cabeza de cinco hermanos: el propio Andrés, Marta, María, Justa y Julián.
Durante su infancia, recibe educación en la escuela de su pueblo, de la que tiene un recuerdo triste y amargo y de la que se queja durante toda su vida. Destaca por ser una enseñanza lóbrega, memorística, rutinaria, de disciplina dura (la letra con sangre entra), etc.
Siendo consciente de que su formación era muy precaria para entrar en un seminario, cursa durante tres años estudios de Latín en Polientes (Santander), pero será a partir del año 1861 cuando ingrese en el seminario de Burgos para cursar estudios de Filosofía e iniciar la carrera del sacerdocio, cursando el primer curso de Teología.
En 1868, con el avance del sexenio revolucionario, se van cerrando seminarios en distintos puntos de la geografía española. Y el seminario de Burgos no va a ser una excepción, por ello, se ve obligado a matricularse en este año en el instituto de esta ciudad obteniendo el título de Bachiller en Artes.
En 1869 se traslada a vivir a Valladolid y continúa con los estudios de Filosofía y Teología finalizando la carrera del sacerdocio en 1872. También aprovecha para cursar estudios de Derecho, finalizándolos en 1873.
Entre 1869 y 1872, mientras finaliza los estudios de Teología, imparte clases a alumnos de Bachiller, e incluso, una vez finalizada la carrera de Derecho, llegó a impartir docencia en la Universidad de Valladolid.
Un año después, en 1874, le nombran Auxiliar de la Cátedra de Derecho Romano en la Universidad de Salamanca. Será a partir de este año, y buscando una economía más sólida, cuando trabaje como profesor en un colegio de Madrid, ciudad en la que vivirá durante cinco años. En 1879 deja Madrid para hospedarse en Santiago de Compostela. Ciudad en la que solo estará un año, tiempo suficiente, para conseguir mediante oposición, ser catedrático en la Universidad de Santiago de Compostela.
El resto de su vida lo pasará en la ciudad de la Alhambra, ya que en el año 1880 solicita el traslado a la universidad de Granada como catedrático.
Unos años después, en 1885, fue nombrado por el cabildo canónigo de la Abadía del Sacromonte.
Así pues, en 1886 nos encontramos a un Don Andrés hospedado en la Abadía del Sacromonte y diariamente se traslada, montado en una burriquilla, a más de 2 kilómetros, hasta la facultad de Derecho para impartir clase.
Será en 1889, tras comprar varios cármenes, cuando funde la primera escuela del Ave María: La Casa Madre.
En el año 1897, el Rector de la Universidad de Granada le pide al profesor de Derecho Eclesiástico que pronunciara el discurso de apertura del curso académico 1897-98. Discurso que minuciosamente prepara D. Andrés en los calurosos días de verano, en el que hace su propuesta de educación integral bajo el título “condiciones de una buena educación y cuales nos faltan”.
Siendo conocedor de que sin maestro no hay escuela, el 12 de octubre de 1905, funda el Seminario de Maestros.
La jubilación como catedrático le llega a los 70 años, pero estuvo trabajando por y para sus escuelas hasta el último día.
En mayo de 1923, en plena dictadura de Primo de Rivera, a la edad de 77 años, el propio Andrés comentaba a su médico la perdida de fuerza en su quehacer diario. Se le había detectado un tumor de estómago y su médico lo envía a Lanjarón para buscar alivio en un balneario, pero la gravedad de la enfermedad era patente e irremediable. Fallece el 10 de Julio a las 2,30 h de la mañana.
El cuerpo del siervo de Dios, descansa bajo el altar de la capilla de la “Casa Madre”, en donde el visitante puede leer, tal y como él dispuso,: A.M., cuya interpretación de las letras queda en manos del lector.
2. NACIMIENTO DE LA PRIMERA ESCUELA AVEMARIANA: LA CUEVA DE LA MAESTRA MIGAS (1886)
Tras abandonar Burgos, su ciudad natal por motivos académicos, y vivir en distintas ciudades como Valladolid, Salamanca, Santiago de Compostela o Madrid, en 1880 llega a Granada para quedarse, ciudad en la que pasará el resto de su vida hasta su fallecimiento en 1923. Es curioso que un hombre que no es granadino, ni tan siquiera andaluz, procedente de Burgos, llegue a Granada y se quede para siempre. Que sea esta ciudad donde siembre su semilla y donde germine con gran fuerza y esplendor. Germinación que se traduce en un lema: favorecer a los más pobres y sacar de la miseria a tantas personas que diariamente vagabundean por la ciudad. Él tendió sus brazos a los niños pobres, les dio pan, los vestió, y lo que es más importante les dio educación y cultivó su ignorada inteligencia. La llegada a Granada del apostol Manjón fue una bendición caída del cielo para el barrio del Sacromonte, fue y es modelo a seguir en una sociedad donde esto de “ser modelo” ya no está de moda.
En 1886 nos encontramos al catedrático sacromontiano hospedado en la Abadía del Sacromonte, que diariamante baja montado en una de sus borricas hasta el centro de la capital, para impartir clase en la Facultad de Derecho. Demostró constancia en su trabajo, bajando todos los días sin temor al frío, calor, nieve, lluvia o huelgas de estudiantes.
Una burra, era su medio de transporte para bajar por las empinadas, pedrosas y polvorientas veredas del Sacromonte, adornadas por pitas y chumberas, hasta alcanzar los distintos cármenes de lo que actualmente es Casa Madre, Cuesta del Chapiz, el Paseo de los Tristes, -hoy paseo del Padre Manjón- y Carrera del Darro hasta desembocar en La Gran Vía y de ahí un último impulso hasta llegar a la facultad de Derecho en donde impartía sus clases.
En sus constantes idas y venidas por el barrio del Sacromonte, observaba el estado de degeneración en que vivían sus habitantes, la mayoría gitanos, en donde abundaba la miseria, la pobreza, la ignorancia, la delincuencia, la suciedad, los niños tirados en las calles, el abandono e incultura de sus gentes, especialmente de los más pequeños, algo que le afectaba moralmente, le incitaba una y otra vez a intentar buscar una solución. Era una situación que se encontraba todos los días y a la que no podía hacer «la vista gorda».
Cabe indicar que el Sacromonte, concretamente la parte norte, a finales del siglo XIX , en torno al año 1885, era el barrio más pobre, con más miseria y con más delincuencia de toda Granada. Barrio de cuevas y chabolas, sin escuelas y por consiguiente no había educación formal, con grandes brotes de violencia.
Él soñaba con la idea de algún día hacer una escuela donde pudieran ir todos aquellos niños pobres, faltos de una educación, de una educación religiosa. Que fuera una escuela acogedora, con un maestro cariñoso, todo lo contrario de la escuela que recordaba de su infancia en su pueblo natal. El mismo D. Andrés afirmó que en aquella escuela aprendió a mal leer, escribir, contar y un poquito de la Doctrina Cristiana.
Él soñaba con la idea de algún día hacer una escuela donde pudieran ir todos aquellos niños pobres, faltos de una educación, de una educación religiosa. Que fuera una escuela acogedora, con un maestro cariñoso, todo lo contrario de la escuela que recordaba de su infancia en su pueblo natal. El mismo D. Andrés afirmó que en aquella escuela aprendió a mal leer, escribir, contar y un poquito de la Doctrina Cristiana.
Don Andrés se avergonzó tanto al ver lo que aquella pobre mujer hacía con tan poco y él no había sido capaz de hacer con tanto, por lo que decide hacerse cargo del alquiler de la cueva (4,50 pts.) y del sueldo de la maestra (5 centimos al día), les proporcionó alimentos, ropa, y la animó a subir a las niñas a oír misa a la Abadía del Sacromonte.
Digamos que ahí y en ese momento nacen las Escuelas del Ave María. La cueva de la Maestra Migas se puede considerar como la primera escuela avemariana.
Se puede comprobar cómo de algo tan insignificante, tan pobre, como es una cueva antihigiénica, casi en penumbra, una vulgar mujer y varias niñas, nace algo tan grande como son las Escuelas del Ave María.
Será a partir de ese momento y tras comprar varios cármenes cuando fundó su primera escuela. Estos cármenes los compra en una de las zonas más bellas de la ciudad, en la ribera del Río Darro, bajo el Sacromonte y frente la majestuosa Alhambra.
Esta escuela surge por y para los pobres, para la gente gitana, para su tarea regeneradora socioeducativa del Sacromonte, tanto es así, que la delincuencia bajó notablemente.
De nombre le puso el mismo que lleva el título de la Catedral de Granada: «Ave María».
3. LA FUNDACIÓN: «CASA MADRE» (1889)
La primera escuela del Ave María que funda D. Andrés Manjón es «La Casa Madre» en 1889, para acabar con la marginación social del barrio del Sacromonte.
La extracción social de los alumnos que frecuentan las Escuelas del Ave María, fundadas por el Canónigo Sacromontiano, no puede ser más pobre; niños carentes de alimentación sana, a los que tiene que proporcionar comida en el colegio; niños que habitan, en su mayoría, en antihigiénicas cuevas o chabolas ; niños que proceden de familias incultas y, por consiguiente, carentes de educación intelectual; niños inmersos en un ambiente de promiscuidad malsana y de escasa vida moral; niños que viven en un ambiente falto de una religiosidad seria.
La Casa Madre ocupa siete cármenes entre la Cuesta del Chapiz y el Camino del Sacromonte, con una extensión de cerca de un kilómetro de longitud por cien metros de anchura como término medio. Se extiende de manera longitudinal a lo largo de toda la ribera del río Darro, paraje conocido como «Valle de Valparaíso».
La persona que le asignó este nombre al lugar donde hoy se encuentran las escuelas, sin duda acertó, pues, no hay más que darse un paseo para comtemplar y disfrutar la obra de Manjón, mirar a nuestro alrededor, visualizar el monte de la Sabika coronado por la majestuosa Alhambra, Silla del Moro y Generalife, escuchar los pájaros, respirar y pensaremos que estamos en el paraíso.
Pasear por las escuelas, como diría el que fuera director del colegio Don José Medina, es escuchar música, entendiendo por música el canto de los pajarillos, el ruído de las aguas bravas golpear en los bordes del río, el sonido de las ramas de los árboles al ser sacudidas por el viento, el chillorreo de las hojas y almencinas al pisarlas en otoño, el sonido que producen las hojas al desprenderse de las ramas, hasta tal punto, que en las demás estaciones, al no haber hojas ni almencinas en el suelo, se pierde parte de esa música.
Cada carmen que va adquiriendo le cambiará su nombre original por uno de la Sagrada Familia.
A continuación se describen los distintos cármenes, que forman la colonia de «Casa Madre», en el mismo orden en que los fue comprando.
Conviene indicar que en tiempos de Manjón, los niños y niñas tenían clases y cármenes distintos. Habrá que esperar al año 1972 cuando los niños y las niñas compartan enseñanza y aulas.
CARMEN DE LAS NIÑAS
El carmen de las niñas comprende desde el mapa en relieve que se encuentra próximo a la capilla hasta Puente Quebrada. Lo componen o se subdivide en los siguientes cármenes: San José, Niño Jesús, Santa María y Santa Ana. Breve descripción de éstos:
– Primer carmen: Carmen de los Naranjos, al que llama carmen de San José.
Fue comprado el 7 de septiembre de 1889 por el precio de 5.250 pesetas, le costó otro tanto en arreglarlo. Las clases se inauguraron el 12 de octubre del mismo año. Es el carmen más próximo al río Darro y debido a la amenaza de sus aguas que rozan las paredes, ha sido necesario hacerle obras y muros de contención.
Actualmente, en este carmen se sitúan las clases de Educación Especial, la residencia de universitarios y la vivienda del Director. Bajo estos edificios, se abre una gran placeta que nos asoma a las aguas bravas y cristalinas del río.
– Segundo carmen: Carmen de los Negros Uno, bautizado con el nombre de Santa María.
Lo compra en 1892 por una cantidad de 2.700 pesetas, debido al aumento considerable de alumnos, que ya eran más de 200 y no cabían en el primer carmen. Este carmen tenía dos casas,una nueva y otra vieja, con una cueva, jardín y huerta. La huerta se situaba en la pradera cerca del río
Actualmente comprende la placeta del planetario, el edificio central simétrico de aulas ( en donde se ubican las clases del segundo y tercer ciclo de la EPO y la dirección), la placeta donde se encuenta la fuente, el mapa en relieve de Granada y Andalucía, el cercado de chinos y parque infantil y la pradera.
– Tercer carmen: Carmen de las olivas, al que llamó carmen del Niño Jesús.
Fue adquirido en 1894 por 1.500 pesetas. Era un carmen pequeño, tenía una casilla pequeña y vieja y un vivero de plantas. Actualmente en este carmen se encuentra el Templo-Escuela y delante de éste una enorme placeta.
Construye el Templo-Escuela para que los niños no tengan que desplazarse a oír misa a la Abadía del Sacromonte. Fue inaugurada el 25 de marzo de 1897.
Entre el mapa de España en relieve y el Templo-Escuela había y sigue existiendo un callejón escalonado que permite la salida al camino del Sacromonte. En otros tiempos, a finales del S. XIX, la gente del barrio solían bajar por este callejón con sus cántaros, botijos y cubos a recoger agua de la acequia de San Juan, que pasaba al descubierto por este carmen, hasta que en el año 1896 se embovedó y quedó oculta. Actualmente está el acceso cerrado por una cancela, que se abre para la salida y entrada de alumnos.
– Cuarto carmen: Carmen de los Negros Dos, al que le cambió el nombre por carmen de Santa Ana.
Es adquirido el 15 de mayo de 1896 en una subasta pública, por el precio de dos mil trescientas cuarenta pesetas. Este carmen comprende la pista deportiva, el edificio que se ubica al final de la misma (son las aulas del primer ciclo de la EPO), todo el aparcamiento y camino de salida hasta llegar al camino del Sacromonte (Puente Quebrada).
CARMEN DE LOS NIÑOS
El carmen de las niños comprende desde la entrada por la Cuesta del Chapiz hasta la capilla. Lo componen los siguientes cármenes: San Joaquín, San Juan y Santa Isabel.
Breve descripción de éstos:
– Quinto carmen: Carmen de la Zapata, al que puso de nombre San Joaquín.
Ante el temor de que un tabernero, apodado el «gallego», comprara este carmen colindante y siendo consciente de que esa venta le podría perjudicar, ya que éste quería dedicar el carmen a su industria, D. Andrés hace un esfuerzo económico y lo adquiere en 1897 por una cantidad de dos mil setecientas cincuenta pesetas.
Comprende desde el mapa de España en relieve sumergido (junto a la capilla) hasta las escaleras que dan acceso a preescolar.
Este carmen se extiende por un largo pasillo rodeado por abundante vegetación que dan frescor y aroma a los visitantes que por él pasan. En medio del pasillo nos encontramos un grupo escultórico, obra del profesor D. Emilio Carmona, que representa al fundador explicando una lección a varios niños, bajo la atenta mirada de un perro, que incluso parece llegar a seguir las explicaciones. A la izquierda de esta escultura, encontramos una serie de cuartetas sobre los sacramentos, y a la derecha las tablas de los mandamientos de la Ley de Dios. Estos murales tallados con piedra de Sierra Elvira son obra del profesor D. Javier Botrán.
Al final del pasillo nos encontramos con la zona del cobertizo, que en su momento cubría una clase al aire libre. Sobre el suelo se observan algunos recursos didácticos: un mapa de España hecho con piedrecitas, una rayuela sobre la Historia de España y un gráfico sobre las tablas de la ley de Dios. Detrás nos encontramos varias cuevas conectadas unas con otras, que eran utilizas por los niños cuando el tiempo era desapacible. Han tenido distintas funciones, clases de párvulos, almacén de materiales, taller de naturaleza, local para guardar los instrumentos musicales, etc. Actualmente lugar de reuniones de las Asociaciones de Antiguos Alumnos.
Al hablar de este espacio se me hace inevitable recordar, para cuantos la conocemos, la “Cueva de Mari”, la viva estampa de postal de mujer andaluza, que derrocha con todas las personas gracia, cariño, simpatía y una inmensa ternura y que para los niños es el alma, la singularidad y la personificación de sus familias, a donde acuden diariamente por sus chuches, tortas y que en ocasiones se convierte en improvisada guía turística.
A pocos metros de la Cueva de Mari se encuentra la cuadra de la burra. Allí permaneció, después de la muerte de D. Andrés, su última burra “la Morena” (tuvo tres: la Golondrina, la Paloma y la Morena). Los alumnos la sacaban a pastar hasta el año 1935 en que murió. En este carmen hay que destacar el puente nuevo (1950) que une los cármenes de San Joaquín con el de San José y Jesús. Puente que salva el Barranco de los Negros. Es un puente acueducto, por donde pasa la acequia de San Juan que riega los jardines del colegio.
– Sexto carmen: Carmen de la Manchega, de los Humanes o de Ayuso, al que bautizó con el nombre de San Juan.
Fue adquirido en octubre de 1898 por un precio de diecisiete mil pesetas.Se extiende desde las escaleras que nos permiten acceder a las clases de preescolar hasta la cancela verde (1988), situada entre el aula 15 ( aula de cerámica y PCPI) y el cortijillo (aulas 16 y 17), que se convierte en eje separador entre el sexto carmen (San Juan ) y séptimo carmen (Salazar).
En éste hay que resaltar los siguientes elementos:
a) Un relieve del Sagrado Corazón, que se sitúa junto la cancela.
b) Una escalera de ladrillo que nos va a conducir a los patios de arriba (dos placetas) donde actualmente se encuentran las aulas de 2º de Bachillerato. Fueron construidas en 1955 con la idea de unir el camino central con la parte más alta del colegio (las tapias del camino del Saromonte). Ambas placetas se encuentran unidas por dos escaleras.
En la primera placeta se encuentra un edificio constituido por dos plantas, en la baja el comedor de infantil y primaria y en la superior aulas y una sala de profesores. Edificio que originariamente fue la vivienda del dueño del carmen, era una casa grande, parecida a un palacete.
En la segunda placeta se encuentran tres edificios. Primeramente fueron clases de Magisterio, después pasaron a ser de EGB, ESO y actualmente de Bachillerato.
Este carmen destaca por ser un balcón abierto al paisaje:
– La Alhambra, coronando el monte de la Sabika.
– Las torres de las iglesias de S. Pedro, Sta. Ana, S. Nicolás, etc.
– La catedral y su cúpula.
– La escuela de Estudios Árabes.
– La ciudad y la vega de Granada, etc.
c) El camino central, donde destacan hermosos jardines y esbeltos árboles que cobijan y dan sombra a los alumnos.
– Séptimo carmen: Carmen de Salazar. A éste carmen le dio el nombre de la madre de San Juan Bautista «Santa Isabel«.
Fue adquirido el 12 de agosto de 1918 por el precio de 3.120 pesetas.
Tiene la extensión de 3.170 metros. Este carmen es muy importante porque une los anteriores con la Cuesta del Chapiz, dando una cómoda e independiente entrada para todos ellos, que hasta entonces sólo se podía realizar por el camino del Sacro-Monte (Puente Quebrada).
Este carmen comprende aproximadamente desde la puerta de entrada por la cuesta del Chapiz hasta el corazón de Jesús, al pasar la cancela. Antaño, todo este carmen, era una gran huerta y jardín.
En el año 1954, en la huerta de la izquierda se construye una piscina y en la huerta de la derecha se proyecta la pista deportiva. Se levantan una serie de edificios: portería, vivienda, oficinas y clases de magisterio. Posteriormente las clases pasan a serde bachillerato y en la planta superior se instala la residencia masculina. Pasados unos años, la piscina se convierte en un salón de actos y la planta superior en residencia femenina.
En la derecha sigue estando la pista deportiva aunque con algunas modificaciones que se han ido realizando con el paso del tiempo. Desde este lateral se puede contemplar una extraordinaria panorámica de la Alhambra y de los edificios que se encuentran debajo de ésta que corresponde a lo que, en otros tiempos, fue huerta del Carmen del Negro. Son propiedad del Ayuntamiento, y en ellos se encuentran el archivos histórico.
Al final de la pista deportiva encontramos dos clases «el cortijillo», aulas 16 y 17, que sustituye a un antiguo cobertizo, que edificó el que fuera director, D. Modesto Olmo Muñoz en el año 1975, para que los niños se cobijaran e hicieran gimnasia los días de lluvia. Actualmente en el cortijillo se imparten clases de bachiller.
Casa Madre fue la primera escuela que fundó D. Andrés, pero la propagación de las escuelas del Ave María por otros barrios de la capital fue inmediata:
El Triunfo, Escuela de Artes y Oficios, La Quinta, Las Vistillas, San Cristóbal, etc. En 1915 las escuelas del Ave María traspasaban la frontera andaluza, había más de 300 maestros y de un centenar de escuelas repartidas por toda la geografía española (Málaga, Asturias, Zaragoza, Madrid, Valencia, Murcia, Salamanca, Alicante, Badajoz, Sevilla, Bilbao, Pamplona, etc.). Esta propagación continuó después de la muerte del siervo de Dios, aunque en la actualidad han desaparecido algunas, conservándose principalmente las de Granada: Casa Madre, San Cristóbal, Vistillas, San Isidro, La Quinta, Albolote, Varadero y Esparraguera, las dos últimas en Motril.
4. EL TEMPLO ESCUELA: LA CAPILLA DE «CASA MADRE»
D. Andrés, siendo consciente de que había un sector de gente que no era partidaria de que subiera a los niños a oír misa a la Abadía, por el ruido y algarabía que formaban en ocasiones en el templo, decide construir una capilla en su colegio.
En uno de los siete cármenes que componen el colegio, en el del niño Jesús, comenzaron las obras a cargo del arquitecto Francisco Jiménez Arévalo. Las construcciones se iniciaron en julio de 1895 y se inaguró el 25 de marzo de 1897. La finalización de las obras se demoraron y algunos amigos del fundador le decían: ¿para quién construye usted esta catedral? ¿es para los gorriones?. Pues, con el paso del tiempo, la capilla se ha quedado pequeña y los niños no caben en ella.
La capilla cumple una función doble: es templo y escuela. Tiene planta rectangular, de treinta metros de largo por seis de ancho aproximadamante. Compuesta por dos plantas: la planta baja destinada a capilla y la superior a salón de actos, junto a éste se ubica un museo sobre Don Andrés.
Frente a la Capilla, sobre un pedestal de piedra gris, un busto recuerda la figura de D. Andrés Manjón y Manjón.
Exteriormente, este edificio, destaca al visitante por su extraordinaria portada, cuyo emplazamiento original fue la iglesia de la Magadalena, portada que fue realizada en 1638 por D. Miguel Guerrero para la iglesia de la Magadalena. Nunca pudo pasar por su cabeza que casi tres siglos después, ésta dejara el centro de Granada (calle Mesones) para formar parte de la colonia de Valparaíso.
La iglesia desaparece en 1894 a causa de un ensanche de la Calle Mesones y D. Florencio Soriano, buen amigo de D. Andrés, le dona la portada con la intención de que no se perdiera. Desmontan minuciosamente la portada en piezas, numerándolas para su posterior colocación, subiéndolas en carros al colegio. Trabajo que supondrá un gasto de 500 pesetas, de las cuales deja a deber 122 pesetas.
La portada es de piedra franca de Santa Pudia y consta de dos cuerpos corintios. No está muy claro el motivo por el que Don Andrés decide separar los dos cuerpos y colocarlos en fachadas distintas. El cuerpo inferior o bajo preside la entrada principal. En él destaca un arco de medio punto flanqueado por dobles columnas corintias sobre pedestales que sostienen un friso decorado con recuadros.
El cuerpo superior está colocado en la fachada trasera (la que da al carmen de Santa María), por lo que el hueco de la hornacina deja su función original, sostener la imagen de Santa María Magdalena, para pasar a ser puerta trasera de la capilla. Tambien destacan columnas corintias dobles a los lados y un frontón como remate partido. El escudo que remataba la portada, referente al arzobispo que hizo de mecenas, fue sustituido por el escudo del Ave María.
El interior de la capilla está adornado con hermosos cuadros: «La Anunciación», «La crucifixión», «La Coronación de la Virgen», «La Resurrección», «Ecce Homo», etc. Presidido por un grupo escultórico que representa La Anunciación, que es obra de Torcuato Ruiz del Peral y proce¬de de la Universidad.
En la cabecera de la iglesia, bajo el altar, yace en paz el cuerpo del fundador tal y como él dispuso: «Aquí me enterraréis para que siempre me acompañen los rezos y cantos de los niños».
Los recursos didácticos que decoran las paredes exteriores de la capilla son muchos y variados: encerados, planisferios, mapas físicos y políticos, pentagramas para cantar a la Virgen, etc. En la placeta destacan los círculos gramaticales, la historia de España, la higiene humana, los puntos cardinales, el reloj, el cuerpo humano y el planetario.
5. EL SEMINARIO DE MAESTROS (1905)
El Seminario de maestros sustituye al antiguo edificio que en su momento albergó las Escuelas de Artes y Oficios o Escuelas Profesionales. Anteriormente, este carmen, había formado parte de una misma finca conjuntamente con lo que hoy es el Carmen de la Victoria propiedad de la Universidad de Granada y el Centro Bermúdez de Castro.
Este carmen se lo compra a D. Florencio Soriano en 1897, donante de la portada de la capilla, por el precio de 7.50 pesetas, dinero que días antes había recibido de limosna, donada por alguien conocedor de que D. Andrés necesitaba un apoyo económico para fundar una nueva colonia. Al parecer, fue el propio dueño Don Florencio Soriano, conocedor y entusiasta de la iniciativa de Manjón por construir un internado para estudiantes de magisterio, quien prefirió hacerle una donación anónima que regalarle el propio terreno.
Carmen que adquiere para albergar la Escuela de Artes y Oficios, en donde estableció talleres de imprenta, carpintería, alpargatería y zapatería. Surgen por el deseo que el fundador tiene de que los alumnos educados en las escuelas continuasen ligados a ellas. Estos talleres se imparten en horario nocturno y gozaron de mucha demanda en aquellos tiempos.
A este carmen se le conoce con distintos nombres: Carmen de «la Victoria», «Del Pilar», «De san Juan» y «Seminario de Maestros»
Siendo conocedor de que sin maestro no hay escuela, el 12 de octubre de 1905, funda el Seminario de Maestros, adaptando para ello el edificio que había adquirido para Escuela de Artes y Oficios. Hay que indicar que por este año los talleres profesionales se hallaban en decadencia.
Este carmen destacó en su momento por ser una huerta de frutales, con un edificio pequeño, pero que tras varias ampliaciones arquitectónicas nace el Seminario de Maestros. Obras que comienzan a partir de 1902, ampliaciones que se llevan a cabo porque éste se queda pequeño, hasta que el 24 de abril de 1927 el patronato da por finalizado oficialmente el Seminario, aunque las adaptaciones del edificio debido al paso de los tiempos se prolongarán hasta el año 1957.
Don Andrés sabe que educar a los niños es importantísimo, pero más importante es aún formar buenos educadores de niños.
Dede 1905 hasta 1932 funciona el Seminario de Maestros como internado de estudiantes que aspiran a ser maestros y ante todo educadores avemarianos.
A partir de 1932, el Seminario de maestros pasa a ser centro de Bachiller y en él se hospedan algunos alumnos que estudian Magisterio pero que tienen que desplazarse a la Escuela Normal del Estado a recibir clase (Escuela que se ubicaba en donde actualmente se alberga la Delegación Provincial de Educación).
Don Andrés sabe que educar a los niños es importantísimo, pero más importante es aún formar buenos educadores de niños.
Dede 1905 hasta 1932 funciona el Seminario de Maestros como internado de estudiantes que aspiran a ser maestros y ante todo educadores avemarianos.
A partir de 1932, el Seminario de maestros pasa a ser centro de Bachiller y en él se hospedan algunos alumnos que estudian Magisterio pero que tienen que desplazarse a la Escuela Normal del Estado a recibir clase (Escuela que se ubicaba en donde actualmente se alberga la Delegación Provincial de Educación).
En el año 1955, D. José Jiménez Fajardo, ante la necesidad de seguir formando maestros avemarianos, crea una nueva Escuela de Magisterio ubicándola en el Carmen de San Juan hasta el año 1967. A diferencia del Seminario de Maestros, que fundara D. Andrés a principio de siglo, los alumnos tenían que revalidar el Título obtenido haciendo un examen en la Normal. Posteriormente, las clases de Magisterio se trasladaron a los edificios de la entrada del colegio, en el Carmen de Salazar, hasta el año 1973. Finalmente, en este año, pasó a ser Escuela Universitaria del Profesorado “La Inmaculada” del Ave María, adscrita a la Universidad de Granada, dejando la colonia de Valparaíso y ubicándose en un nuevo emplazamiento en la carretera de Murcia junto a San Cristóbal. Hay que indicar que en la actualidad ha dejado de pertenecer a la Institución Avemariana pasando a ser propiedad del Obispado.
La imagen actual del Seminario de Maestros es la de un edificio que se organiza en torno a dos patios en forma de terrazas, abiertos a la Alhambra, unidos por unas escaleras de ladrillo visto.
Patio superior: La planta baja del edificio alberga las aulas, abiertas a una galería porticada, y en la planta superior se encuentran los dormitorios de los alumnos varones. También una sala de profesores. Destaca una fuente con más de una veintena de surtidores flanqueda por macetas.
Patio inferior: originaria-mante era un patio-jardín y huerta de frutales, en donde había un gallinero y otras dependencias para la crianza de animales etc., pero en la actualidad, en éste lugar se ubica la pista de deportes y bajo ésta se encuentra la cocina del internado.
6. DON ANDRÉS MANJÓN ESCRITOR
Demostró compromiso en el desempeño de sus funciones, teniendo siempre fama de recto y de seriedad en el trabajo, aunque nunca le falto ironía para dirigir y enseñar a sus alumnos, mostrando además gran exquisitez en el trato social.
Por ello, no resulta novedoso afirmar que Granada, Don Andrés Manjón y el Ave María constituyen realidades y experiencias que desde 1889 han quedado entrelazadas. Fue tanto el cariño que Granada profesó a tan excepcional personaje que le dedicó entre otros el histórico, importante y nombrado Paseo de los Tristes, al que le otorgó su nombre: “Paseo del Padre Manjón.”
Si como maestro, catedrático o sacerdote, entre otros dotes, fue excelente, no lo fue menos en su faceta de escritor. No hay más que revisar su extensa lista de publicaciones escritas, para reconocer que estamos ante un escritor sobresaliente.
Entre una bibliografía muy extensa, más de un centenar de publicaciones entre artículos, libros, discursos etc., podemos destacar:
- COSAS DE ANTAÑO CONTADAS OGAÑO». Es una autobiografía de sus primeros años de estudios.
- “ EL PENSAMIENTO Y LAS HOJAS”. Donde se explica el pensamiento del Ave María en seis partes.
- “HOJAS PATERNO ESCOLARES”. Donde se habla de la educación en el seno de la familia.
- “EL CATEQUISTA”. Donde pone el catecismo como eje en torno al cual gira toda la educación.
- “EL MAESTRO MIRANDO HACIA DENTRO”. Se puede considerar su obra maestra, donde considera al maestro como luz de las virtudes y formador de hombres conscientes de sus deberes.
- “EL MAESTRO IDEAL”. Síntesis del libro anterior.
- “EL MAESTRO MIRANDO HACIA FUERA”. Es su obra póstuma. Es el complemento a los dos libros anteriores.
- “HOJAS HISTÓRICAS DEL AVE MARÍA”. Un libro ameno, donde habla de la fundación de las escuelas, con interesantes notas sociales y pedagógicas.
- DISCURSO: “CONDICIONES DE UNA BUENA EDUCACIÓN Y CUALES NOS FALTAN”. Discurso para la Universidad de Granada con motivo de la apertura del curso académico 1897-98, en el que hace su propuesta de educación integral.
7. PEDAGOGÍA DE D. ANDRÉS MANJÓN
El Padre Manjón hay que considerarlo como uno de los precursores de la Escuela Activa, junto a otros teóricos como Pestalozzi o María Montessori, en el que la actividad, el movimiento y la intuición del alumno son primordiales para su desarrollo físico e intelectual.
Una característica esencial de la Escuela Activa son sus aulas alegres, dinámicas y bulliciosas. Ello es consecuencia del trabajo creativo y productivo en el que los alumnos tienen tanta participación como el maestro. En este tipo de escuela priman, para el desarrollo cognitivo de los chicos, los procedimientos analíticos deductivos o inductivos.
Manjón lleva a cabo una metodología en el que el proceso enseñanza-aprendizaje del educando se produce a través del juego, al aire libre y en interacción con la naturaleza. Este tipo de escuela hemos de entenderla como una reacción frente a la escuela clásica, memorística y lóbrega que vivió en su escuela natal.
Podemos concluir que la pedagogía del canónigo granadino se resume en cinco pilares básicos:
- La enseñanza ha de ser lúdica.
- La enseñanza ha de ser activa.
- La enseñanza ha de ser campestre.
- La enseñanza ha de ser metódica.
- Y una enseñanza en valores.
Hablar de Manjón y de educación es hablar de una misma realidad: educación integral. De hecho promueve desde sus escuelas una educación integral, es decir, una educación que abarca todos los ámbitos o dimensiones de la persona:
- Dimensión física.
- Dimensión intelectual.
- Educación de la voluntad.
- Educación del carácter.
- Dimensión social
- Y la dimensión religiosa.
Este modelo de educación integral es pronunciado por el Siervo de Dios en un discurso bajo el título “Cualidades de una buena educación y cuales nos faltan” con motivo del acto de apertura del curso académico universitario 1897-1898, en el que planteó una auténtica revolución de la educación y en la que sembró las bases de la Escuela Activa para la sorpresa de muchos.
Era consciente de que los niños que frecuentaban el colegio estaban acostumbrados a hacer vida en las calles, por ello, no podía proponerles una educación entre paredes, sino en un espacio abierto y a través del juego que simularan de alguna manera sus hábitos.
Por esta razón, llevó a cabo un aprendizaje eminentemente práctico, manual e intelectual, utilizando métodos intensivos y activos: la rayuela, encerados, el planetario, gráficos, planisferios, mapas sumergidos, pentagramas etc., repartidos por todo el colegio, a través de los cuales enseña Geografía e Historia, Lengua, Matemáticas o Religión.
Métodos que fueron revolucionarios en la educación y que dejaban sorprendidos por su complejidad a quienes visitaban las Escuelas.
CITAS DEL FUNDADOR
«La escuela es preparación y ensayo de la vida, y en ésta hay que trabajar, la escuela es gimnasio de todas las energías…»
«Con la recta voluntad no hay hombre malo, con justa voluntad no hay hombre inicuo, con la noble voluntad no hay hombre ruin, con santa voluntad todo se vence y allana, hasta la ignorancia perfecta del alumno».
«Educar es desarrollar todos los gérmenes de perfección que Dios ha sembrado en el hombre, es completar hombres».
«Hay que formar hombres, pese a quien pese; hay que formarlos en la verdad y la virtud, aunque rabien todos los partidarios del error y del vicios hay que defender a la juventud que no sabe ni puede defenderse… Y quien así no educa, mal educador será; y quien así no piense, mal pensador será; y quien así no obre, malas entrañas tendrá, mala persona será: ese no ama ni a la verdad ni a la humanidad, contra quienes conspira y maquina».
«El pensamiento final de estas escuelas es educar enseñando en interacción con la naturaleza, hasta el punto de hacer de los niños hombres y mujeres cabales, esto es, sanos de cuerpo y alma, bien desarrollados y en condiciones de emplear sus fuerzas espirituales y corporales en bien propio y de sus semejantes, en suma, hombres y mujeres dignos del fin para el que han sido creados en la sociedad a la que pertenecen, hoy muy necesitada de hombres cabales».
BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA
- MEDINA VILLALBA, José. Escuelas del Ave María de Granada. 118 años de historia. Colonia de Valparaíso (1889-2007).
- ARIAS ROMERO, Salvador Mateo. Arquitectura de las Escuelas del Ave María. Centro de Estudios Pedagógicos y psicológicos Andrés Manjón, Granada 2003.
- VILLA-REAL, Ricardo. Andrés Manjón (vida, obra y persona), 1980.
Escrito realizado por D. Antonio Montes Jiménez, Maestro del colegio.